miércoles, 10 de diciembre de 2014

Alergia o intolerancia a la proteína de la leche ¿Cual es la diferencia?

 


La alergia a la leche ocurre cuando el sistema inmunitario interpreta equivocadamente que la proteína de la leche es una sustancia peligrosa, contra la que se debe defender el organismo.


La alergia a la leche la pueden padecer personas de todas la edades, aunque  se trata de un tipo de alergia que abunda más en los lactantes (la padecen entre el 2% y el 3%), aunque la mayoría de ellos la supera con la edad, cuando el niño tiene entre 3 y 5 años.


Muchos de los niños que son alérgicos a la leche de vaca también reaccionan a la leche de cabra y a la de oveja, y algunos también son alérgicos a la proteína de la leche de soja.


Los lactantes amamantados son menos proclives a desarrollar una alergia a la leche que los alimentados con leche artificial.  Los investigadores no acaban de entender por qué algunos desarrollan este tipo de alergia y otros no, aunque se cree que en muchos casos la alergia tiene un importante componente genético.


Los síntomas de alergia a la leche incluyen:


  •         Llanto inconsolable

  •        Irritabilidad

  •        Cólicos

  •        Calambres estomacales

  •        Vómitos

  •        Diarrea

  •        Sarpullidos

  •        Urticaria

  •        Eczema

  •        Dificultades respiratorias

Si a tu bebé le diagnostican alergia a la proteína de la leche de vaca y :


  •       le estas dando el pecho, puede ser que esté reaccionando a las proteínas de la leche que le estés pasando de tu alimentación a la leche materna. Si este fuera el caso, probablemente tendrías que cambiar tu alimentación. Tu pediatra te dará las recomendaciones oportunas.

  •    se está alimentando de fórmulas lácteas, es posible que el pediatra le recete una fórmula hidrolizada. La proteína de estás fórmulas ha sido descompuesta en partículas más pequeñas, de manera que el sistema inmunológico del bebé no los reconozca como un alérgeno (este proceso no altera el valor nutritivo de la fórmula).

Controlar la alergia a la proteína de la leche de vaca supone eliminar todo tipo de leches de vaca de la alimentación del bebé. Esto implica acostumbrarte a leer todas las etiquetas e ingredientes de cada alimento, ya que puede estar presente donde menos te lo imaginas.


La alergia a la leche no es lo mismo que la intolerancia a la lactosa. Esta afección, que consiste en la incapacidad para digerir el azúcar lactosa que contiene la leche, es muy poco frecuente en los lactantes y mucho más frecuente en los niños mayores y los adultos.


Mientras que la alergia a la leche supone una reacción inmune a una o más de las proteínas presentes en la leche, una intolerancia no afecta al sistema inmunitario. Esta surge de la incapacidad de digerir ciertas sustancias de la leche.


La intolerancia a la lactosa es extremadamente rara en los bebés. Entre un 5 y un 15% de personas de raza caucásica y mas del 80% de personas de ascendencia africana y asiática desarrollan con el tiempo intolerancia a la lactosa, pero los síntomas  no empiezan por lo general hasta finales de la niñez o comienzos de la edad adulta.


Otra afección transitoria que es común en las primeras semanas de vida y puede llegar a persistir durante varios meses es lo que se conoce como deficiencia funcional de lactasa. El bebé tiene deposiciones muy acuosas y muchos gases pero por lo demás esta sano.  Esto quiere decir que aún es demasiado pronto para que el bebé digiera correctamente la leche como alimento.  A medida que el bebé crece y aumenta de peso la deficiencia funcional de lactasa se irá reduciendo y será conveniente volver a introducir la leche en su dieta.


 



Alergia o intolerancia a la proteína de la leche ¿Cual es la diferencia?

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