martes, 27 de noviembre de 2012

El instinto de ser padres

El instinto maternal es un vínculo particular que se establece entre la madre y el niño desde el momento de la concepción. Casi todas las madres (humanas y animales por igual) con el tiempo llegan a sentirse de esta manera después de tener un hijo. 

Recientes investigaciones en el campo de la psicobiología han demostrado que los hombres también cuentan con un instinto paternal similar al instinto maternal femenino en el que,curiosamente, la testosterona, hormona considerada una de las principales responsables de que el hombre se portara "como un hombre" ( impulsado a buscar pareja, practicar sexo y competir con otros congéneres ) tiene mucho que decir en su afloramiento.


El "vínculo" que se forma entre padres e hijos hace que los padres deseen colmar a su bebé de amor y afecto, y que quieran proteger y nutrir a su pequeño. “El vínculo”  hace que los padres se levanten en medio de la noche para alimentar a su bebé hambriento, y que estén atentos al amplio rango de llantos del bebé.

Los fuertes vínculos entre los padres y su hijo le brindan al bebé el primer modelo de relaciones íntimas, y fomentan un sentido de 
seguridad y de autoestima positiva. Además, la receptividad a las señales de un niño pequeño puede afectar el desarrollo social y cognitivo de éste.

Este "vínculo” es fundamental para un bebé. Los estudios con monos recién nacidos a los que se les proporcionó un muñeco como madre desde el nacimiento mostraron que, incluso cuando los muñecos estaban hechos de material suave y proporcionaban fórmula a los monos bebés, los bebés socializaban mejor cuando tenían madres vivas con quienes interactuar. Los monos bebés con muñecos como madres también fueron más susceptibles a sentir desesperación. Los científicos sospechan que la falta de vinculación en bebés humanos puede causar problemas similares.

Mientras que la mayoría de los niños pequeños están listos para vincularse, los padres pueden tener una mezcla de sentimientos acerca de esto. Algunos padres sienten una intensa unión en los primeros minutos o días después del nacimiento de su bebé. Para otros, especialmente si el bebé es adoptado o si ha tenido que estar en cuidados intensivos, puede tomar un poco más.

Pero “el vínculo” es un proceso, no algo que sucede en unos minutos, y no es algo que tenga que estar limitado a suceder en un periodo de tiempo específico después del nacimiento. Para muchos padres, la vinculación es el resultado de los cuidados cotidianos. Es posible que ni siquiera sepais que está sucediendo hasta que observéis  la primera sonrisa de vuestro bebé y de pronto noteis una sensación de amor y alegría.

Los bebés responden al contacto de piel con piel. Es tranquilizante tanto para el papá/la mamá como para el bebé, al mismo tiempo que promueve el sano crecimiento y desarrollo del bebé.
El contacto directo a los ojos proporciona comunicación significativa a corta distancia.
Los bebés pueden seguir objetos en movimiento con sus ojos.
El bebé intenta, desde muy pronto, imitar las expresiones y gestos faciales.
Los bebés prefieren las voces humanas y disfrutan vocalizando en sus primeros esfuerzos para comunicarse. Los bebés a menudo disfrutan simplemente de escuchar sus conversaciones, así como sus descripciones de las actividades que hacen y de los entornos que los rodean.

Si abrazais y tocais a vuestro bebé con frecuencia, el pequeño pronto aprenderá la diferencia entre vuestras formas de tocarlo. Cada uno de vosotros debe buscar también la oportunidad para estar "piel con piel" con vuestro recién nacido, abrazándolo contra vuestra propia piel al alimentarlo o acunarlo.
Los bebés, especialmente los bebés prematuros y los que tienen problemas médicos, suelen responder muy bien al masaje.

El momento de amamantar o de alimentar al bebé con biberón son momentos naturales para fomentar este "vínculo” o apego. Los bebés responden al olor y al tacto de sus madres, así como a la receptividad de los padres a sus necesidades. En un parto sin complicaciones, las personas que lo atienden intentan aprovechar el periodo de alerta del bebé inmediatamente después del nacimiento, y exhortan a los padres a que alimenten y abracen al bebé. Sin embargo, esto no siempre es posible y, aunque es ideal, el contacto inmediato no es necesario para la vinculación futura del niño y sus padres.
Los padres adoptivos podrían preocuparse por la creación del vinculo con su bebé. Aunque esto puede pasar antes para unos que para otros, los bebés adoptados y sus padres se pueden vincular tan bien como los padres biológicos y sus hijos.

Actualmente, los hombres pasan más tiempo con sus bebés que los padres de las generaciones anteriores. Aunque los padres a menudo anhelan un contacto más cercano con sus bebés, “el vínculo” en su caso a menudo ocurre de forma diferente, no suele ser tan automático y rápido como en las mamás, lo que se debe en parte a que no tienen el contacto temprano que tienen las madres gracias al amamantamiento. 

A menudo a los padres se les retrata como buen intencionados pero torpes al cuidado del recién nacido. A los padres también se les considera cuidadores de segunda, cuidando de la madre mientras ésta cuida del bebe. Eso es sólo una verdad a medias. Los padres deben darse cuenta, lo antes posible, de que  “el vínculo” con su hijo no es cuestión de ser otra madre. Los padres tienen una forma única de relacionarse con el bebé, y los bebés se ven beneficiados por esa diferencia. En muchos casos, los padres comparten actividades especiales con sus bebés. Además, ambos padres se benefician en gran medida cuando se pueden respaldar y alentar entre sí. De hecho, hay estudios sobre “el vinculo” entre padres e hijos que demuestran que los padres a los que se les da la oportunidad y a los que se les anima a tomar parte activamente en el cuidado del recién nacido pueden resultar tan eficaces como las madres.

Las actividades de vinculación temprana que tanto la madre como el padre pueden experimentar incluyen:
·         participar juntos en el trabajo de parto y el parto
·         alimentar al bebé (amamantamiento o biberón); algunas veces, el padre forma un vínculo especial con el bebé al ocuparse de la alimentación y el cambio de pañales durante la noche
·         leerle o cantarle al bebé
·         bañar al bebé
·         imitar los movimientos del bebé
·         imitar los arrullos y otras vocalizaciones del bebé, los primeros esfuerzos para comunicarse
·         utilizar un portabebés delantero durante las actividades rutinarias
·         dejar que el bebé sienta las diferentes texturas del rostro del padre

Por supuesto, es más fácil vincularse con el bebé si las personas que te rodean te apoyan y te ayudan a desarrollar confianza en tus actividades de crianza. Esa es una de las razones por las que los expertos recomiendan que vuestro bebé se quede en la habitación con vosotros en el hospital. Si bien cuidar a un bebé puede ser agotador al principio, os podeis beneficiar del apoyo emocional brindado por el personal y podeis comenzar a sentir más confianza en vuestras capacidades como padres. 

Aunque permanecer en la misma habitación a menudo no es posible para los padres de bebés prematuros o de bebés con necesidades especiales, el apoyo del personal del hospital puede facilitar la vinculación con el bebé.

Al principio, cuidar a un recién nacido puede ocupar casi toda vuestra atención y energía, especialmente para las madres que amamantan. La creación del vinculo será mucho más fácil si no estás agotada debido a todas las demás cosas que debes atender en casa, como las labores domésticas, las comidas y el lavado de ropa. Es útil si los padres pueden ofrecer un refuerzo adicional con estas labores cotidianas, así como ofrecer mucho apoyo emocional en general.

Además, está bien pedir ayuda a los familiares y amigos en los días, incluso semanas, después de llevar al bebé a casa. Sin embargo, como tener a otras personas a su alrededor durante un periodo de tanta transición puede resultar incómodo, abrumador o estresante, tal vez prefirais pedirles a las personas que pasen a dejar alimentos, a pasear el perro o a cuidar a los hermanos del bebé, si los hay, fuera de la casa.

La vinculación se puede retrasar por diversos motivos. Los padres podrían formarse una imagen de su bebé con ciertos rasgos físicos y emocionales antes de su nacimiento. Cuando, al nacer o después de una adopción, conoces a tu bebé, la realidad podría forzarte a ajustar tu imagen mental. Debido a que el rostro de un bebé es su herramienta de comunicación principal, juega un papel fundamental en la vinculación y la unión.

Las hormonas también pueden afectar la vinculación de manera significativa. Si bien amamantar a un bebé en las primeras horas de vida puede ayudar con la vinculación, también causa la liberación de muchas hormonas diferentes en las madres. Algunas veces, las madres tienen dificultad para vincularse con sus bebés si ellas tienen las hormonas alborotadas o si padecen depresión posparto. La vinculación también se puede retrasar si una madre está agotada y dolorida después de un parto prolongado y difícil.

Si vuestro bebé pasa algún tiempo en cuidados intensivos, es posible que inicialmente os sintáis desmotivados debido a la cantidad y la complejidad de los equipos. Sin embargo, vincularos con vuestro bebé sigue siendo importante. El personal del hospital puede ayudaros a manipular al bebé a través de aberturas en la incubadora (un moisés especial para la sala de recién nacidos). Cuando el bebé esté listo, el personal puede ayudaros a cogerlo. Mientras tanto, podeis pasar tiempo observando, tocando y hablándole al bebé. En poco tiempo, vuestro bebé os reconocerá y responderá a vuestra voz y tacto.

Las matronas y el personal de enfermería os ayudará a aprender a bañar y a alimentar a vuestro bebé. Algunas unidades de cuidados intensivos ofrecen habitaciones para compartirlas con el bebé antes de llevarlo a casa, para facilitar la transición.

Estamos condicionados a creer que la unión entre, especialmente una madre, y su bebé sera instantanea e inviolable. La sabiduria popular es que desde el momento en que una mujer sabe que está embarazada un vinculo de por vida empieza a crecer, uniendo a madre e hijo de por vida en la mayor manifestación de amor que existe. Pero, ¿y si no pasa? ¿ y si el mencionado vinculo no se materializa?

Si alguno de vosotros no siente que se esté  vinculando con el bebé para el momento de llevarlo a la primera visita al consultorio del pediatra, hablar sobre vuestras inquietudes en esa cita. En el caso de las mamás puede ser un signo de depresión postparto. También es posible que la vinculación se retrase si vuestro bebé ha tenido problemas de salud significativos e inesperados. Puede ser solamente debido a que os sintáis abrumados por la llegada de vuestro recién nacido, pero, otras veces las madres/padres transfieren al bebé el resentimiento y la cólera que sienten hacia su pareja. Los bebés son muy demandantes y tienen mucha capacidad de evocar emociones primitivas de una forma muy fuerte en los padres.

En cualquier caso, cuanto antes se identifique el problema, mejor. Los proveedores de atención médica están acostumbrados a manejar estos problemas y pueden ayudaros a estar mejor preparados para formar un vínculo con vuestro hijo.

Además, a menudo ayuda compartir los sentimientos acerca de la vinculación con otros nuevos padres.

La vinculación es una experiencia compleja y personal, que toma tiempo. No existe una fórmula mágica y no se puede forzar. Un bebé cuyas necesidades básicas estén cubiertas no sufrirá si el vínculo no es muy fuerte al principio. Conforme os sintais más cómodos con vuestro bebé y la nueva rutina se vuelva más predecible, los dos os sentireis más seguros acerca de los extraordinarios aspectos de criar a vuestro pequeño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario